sábado, 15 de marzo de 2014

EL LADRÓN DE MIS SUEÑOS.




Era como un espíritu divino, un duende solitario con el semblante de un niño grande, encantador, sensible, discreto y tremendamente apasionado. 

Solíamos pasear por el jardín del amor cogidos de la mano, cogíamos flores y lanzábamo al arco iris, pompas de jabón que nunca explotaban.
Nos dijímos... Seremos inseparables. 
Tomamos los mejores momentos del día y los convertíamos en nuestros, solo para nosotros. A escondidas, para que nadie nos lo robara, y los fundíamos con la noche.
Me abrazaba con la ternura de los sueños y permanecíamos así, hasta que el amanecer nos despertaba.

A veces... Solo nos bastaba con una mirada cómplice, sin decir nada sabíamos lo que el otro deseaba. Me acariciaba el pelo con tanta delicadeza... entrelazándo mis cabellos entre sus dedos.
¡Cómo cogía mis manos! con la ternura del alma, y las acariciaba con tanto amor. 

Solía abrazarme con tanta delicadeza, que a veces, alguna lágrima clandestina resbalaba por mi rostro, y con cada una le dibujaba, un Te Amo silencioso.

Escribió un poema solo para mí. Lo compuso con la blancura de un alma noble, con el mayor de los sentimientos y sus labios rozaron con exquisito mimo, cada una de las palabras, cada uno de los versos.  
Lo guardé, como un autentico tesoro en la cajita de los besos, anudado con el lazo del corazón.

No me gustan los adioses, nunca me gustaron pero una mañana me marché, con la primera luz del alba, le dejé solo, con un velo de caricias en sus recuerdos. 

Fue, el ladrón de mis sueños. Es el dueño de mis recuerdos... Un episodio escrito con renglones dorados. Una historia fugáz, como el resplandor de una estrella, solo para noches de verano. Y !tan perdidamente apasionado...! 
Al separarnos, me quedé con el más bellos de los regalós en mis recuerdo, con el que jamás nadie, pudo soñar...


Autora Margary Gamboa. ©


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