domingo, 11 de marzo de 2018

UN ROSAL ENTRE GERANIOS



Al amanecer, salí a pasear un rato, caminé por aquel parque entre la arboleda, con extrañeza percibí su sutil aroma, embriagador como el clavo. Indagué entre aquel espacio, y con sorpresa pude observar, a un rosal entre geranios.

Eran flores pequeñas, su especie, pitiminí, su color, rojo apasionado. 

Resplandecían como estrellas en el cielo y quise poseerlas, para confeccionar un ramo.          
Con inocencia, arranqué aquellas rosas, pero pude observar con amargura, que al arrancarlas, sangre salía de sus tallos, como si al truncarlas rompiera su encanto. 

Intenté arreglar el entuerto, pero fue imposible solucionarlo. 

Con ellas se esfumó su sutil aroma, su resplandor y su rojo apasionado, solo quedo la tristeza en forma de pequeños tallos. En su espacio permanece perenne, un reducido charco, como si penara extrañándole y sollozando, su incondicional amigo, el inocente geranio.

Autora-Margary Gamboa

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