Madre, mira
que me gusta conversar contigo. Me encanta cuando narras esas historias tan
tuyas, que tutelas en la mente con tanto cariño.
Y esas que
hacen llorar hasta el corazón más endurecido, o esas
canciones de recreo que sueles tararear, las he escuchado tantas veces, que
hasta yo me las he aprendido.
Y esos versos
que de pequeña aprendiste, aún los recitas con el desparpajo de un niño.
Madre, me embelesa escucharte cuanto en tu vida ha sucedido. Y aunque los años jueguen a
escapar fugitivos, por muy mayor que yo sea, me encanta dejar volar mi
imaginación y sigilosa, ir a posarme en tu nido. Para que me cobijes bajo tus
alas y con tus manos suaves acaricies mis sentidos.
Tus dedos
peinando mi pelo rompen en suspiros. Tus abrazos
cálidos, son como pilares del mundo perfecto que has construido.
Madre, mi hada
madrina que hilas suspiros, que entonas canciones del alma, mientras tejes
labores de memoria y olvido. Con ovillos de etéreas sonrisas, asumes los silencios
rotos de este mundo incomprensivo.
A veces en tu
garganta llora tristes baladas de pájaro herido, con sus alas
atrapadas en un vuelo sostenido.
Madre, hoy es
tu cumpleaños, ochenta y nueve inviernos no parecen nada. Así es la vida, los
años corren como un inagotable río.
Los rumores
del agua son dispares vivencias con flores de ilusión. Otras son aguas
estancadas teñidas de tristezas, desapego e incomprensión e irremediables ausencias,
que se entrelazan en tus silencios, con el arrullar del alma, y el sentir, de un
viejo corazón.
A mi madre de
mi alma con todo mi cariño.
Felicidades
mamá.
Tu hija que te
quiere.
Margary
Gamboa. ©todos los derechos reservados.
Precioso se me han saltado las lagrimas.
ResponderEliminarMC
Te ha salido del alma, me encanto leerte.
ResponderEliminarMe ha emocionado mucho. Que bueno que te viva aún.
ResponderEliminarLas madres el gran tesoro de la vida,suerte tienes de conservarla aún. A tus pies mi querida poeta. Desde Galicia un abrazo.
ResponderEliminarJosue