Para escribir cosas bonitas no hacen falta razones, ni ser viajero
en el tiempo, ni que el aire lleve esencias de fantasía, ni vestirse cada día
con verdades, ni citar a la razón. No hay que echar campanas al vuelo, solo hay
que dejar que aire te envuelva en la fragancia de una rosa y respirar su olor.
Las letras, son así de caprichosas, son capaces de hacer sentir cosas maravillosas, al más recio corazón.
Las letras, son así de caprichosas, son capaces de hacer sentir cosas maravillosas, al más recio corazón.
Para escribir cosas bonitas no hace falta ser poeta, solo hay que
respetar la métrica de la imaginación, componer partituras con notas de color
malva con cascadas de pasión, como si estuvieses dibujando un lienzo, con
pinceladas de amor. Ahí, habitan virtuosas esas cosas tan hermosas, que salen
del corazón.
Soñar despierto, regalar abrazos, aliviar dolor, palpar la amistad verdadera, sentir la bondad que anida en cualquier rincón, tener el tiempo en las manos, hablar con Dios, tocar las nubes y beber de unos labios suaves, el mejor licor.
Nadar bajo la luna mientras baja la marea, las mecidas de las olas, dejar que la brisa roce ese rostro de seda y a la luz de las velas, una cena para dos.
Compartir risas, bailar la danza del vientre a la orilla del mar y así, en el más estricto silencio, dejar que el murmullo del viento, regale su canción y que la calidez del alma, abrace tu propio yo. Románticos besos, abrazos cálidos, hacer el amor con la noche, en una playa desierta, vestida solo de estrellas y su propio resplandor, sentir despacio y que susurren al oído palabras, impregnadas de amor. Y si te sorprende la mañana entre abrazos de pasión, no frunzas el ceño, ni te enojes con el sol.
Soñar despierto, regalar abrazos, aliviar dolor, palpar la amistad verdadera, sentir la bondad que anida en cualquier rincón, tener el tiempo en las manos, hablar con Dios, tocar las nubes y beber de unos labios suaves, el mejor licor.
Nadar bajo la luna mientras baja la marea, las mecidas de las olas, dejar que la brisa roce ese rostro de seda y a la luz de las velas, una cena para dos.
Compartir risas, bailar la danza del vientre a la orilla del mar y así, en el más estricto silencio, dejar que el murmullo del viento, regale su canción y que la calidez del alma, abrace tu propio yo. Románticos besos, abrazos cálidos, hacer el amor con la noche, en una playa desierta, vestida solo de estrellas y su propio resplandor, sentir despacio y que susurren al oído palabras, impregnadas de amor. Y si te sorprende la mañana entre abrazos de pasión, no frunzas el ceño, ni te enojes con el sol.
Ya ves… para escribir cosas bonitas, no hace falta
una autentica reflexión, dejo que el viento sople de cara,
envuelta en el aire, despliego las alas y así, rozando el viento, sin ningún
otro argumento, solo, mi pluma y yo…
Autora-Margary
Gamboa©todos los derechos reservados.
Me parece precioso muy hermoso me pone alegre ser el primero que comenta
ResponderEliminarA sus pies bella dama
Desde Galicia Josue
Pues tu pluma y tu teneis mucha complicidad porque andais por el mismo sendero. Ha sido una pasada leerte Margarita. Guardo el enlace con tu permiso.
ResponderEliminarY tú los llamas pequeñeces? Me ha encantado! Y sólo he leído un poquito. Enhorabuena.
ResponderEliminarSimplemente maravilloso todo lo q escribe ...no deje d escribir margarita ....un saludo
ResponderEliminarVerdaderamente hermoso Margarita, tambien Orovida, para los que te conocemos de el taller de escritura. Te he encontrado por casualudad. Me gusta tu estilo, sabes darle un no se qué, que no te deja indiferente.
ResponderEliminarMis felicitaciones
Un cordial saludo
V.D
Y que más te puedo decir yo, si me he dejado llevar de tan bonita recitación q ahora mismo no sabía ni quien era yo. Sentimientos y corazón, alma y pasión cuando los has juntamos parecía una oración. Ahora ya vuelto al mundo real, espero que tus palabras me hagan pensar como se puede decir tantas cosas bonitas y ser una persona normal. Gracias por hacerme volar.Un admirador de lo bello.
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