viernes, 29 de junio de 2012

EL ESPEJO


La soledad me transforma en alguien diferente, sin espíritu, sin pensamiento. 
Miro al espejo y no soy yo, ni es mi reflejo.

Me siento extraña ante ese suave destello que me seduce, intento atraparlo, pero se desvanece mientras mi alcoba permanece
bajo el atroz grito del silencio.

Cuando caen los luceros y mis ojos se dormitan no cabe en mí más nostalgia y arañando un instante permanezco inerte, en silencio, sin nadie, solo yo, y mi triste reflejo.

Estoy segura de que el alma puede caber en un espejo, se libera disoluta, se transfiere al infinito y despacio se disipa hasta que se funde en el filo de un lamento.

Permanece allí, indestructible, y al mirarme a mi misma tan vulnerable, de una imagen a otra, existe un universo, entonce vuelvo a mirarme y ya no estoy sola, existe, otra yo en el espejo.




Autora Margary Gamboa. ©todos los derechos reservados.

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